domingo, 31 de enero de 2016

Volver al centro

Si pudiese llegar al centro y abrazarlo, lo haría sin pensar. Quizá solo se pueda llegar al centro si se consigue hacer a un lado los pensamientos. 

Hablamos sin parar y sin conocer al personaje que está hablando; y para reencontrarnos con quién está detrás miramos hacia delante, proyectando la atención hacia lo externo. 

La atención es una droga pesada que ha perdido su dirección. 

El expresarse es una manera de entendernos. Dadme un receptor, un espectador atento y que haya dejado a un costado a su personaje, y podré llegar a 'el Centro' y abrazarlo.        

Mientras tanto voy reviviendo recuerdos sesgados: la luz sedante de las mañanas, los colores rabiosos de tantos y tantos cielos, las mariposas beat technicolor, los siete locos, el piano trasnochador, los dibujos, las palabras nunca dichas...           

No quiero ser más un creyente, quiero conducir mi atención camino a casa, al centro; y así por fin poder abrazarlo.  


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