lunes, 4 de noviembre de 2013

HABLANDO CLARO (EN URUGUAYO)


Otra semana había terminado. La creatividad exigida por mi trabajo, desmontar y montar chips en el motherboard del mismo modelo de laptop, día tras día, no estaba exento de cierto nivel de stress. De manera que me dispuse a hacer algún plan para el weekend. 

Una vez logré conectar el tablet a la red wifi, estuve revisando los trending topics de tweeter y varias Fan Pages en Facebook. Mi anatomía de momento no estaba para surf, rafting u otros deportes similares, de manera que me decidí por algo más soft. La idea era ir a un Shopping, recorrer algún Outlet (algunos ofrecen hasta un 50% off en agresivas campañas de marketing); luego hacer un break posiblemente en un Mac Donald para tomar algún refrigerio light tipo Mc Beacon, en fin, algo saludable y luego ir al último stand up que promocionaban. 

Para completar el planning pensé en pasar a buscar a mis nietos. Supuse que los encontraría jugando con el Play Station o el Xbox que tienen juegos realmente educativos, como el Call of Duty, donde el jugador se mimetiza con un comando de las fuerzas especiales de choque americanas, esas que se van a socorrer pueblos, mientras puede poner a prueba su habilidad de matar gente, hasta con sangre casi real. Otra maravilla es el Soccer, donde el jugador elige a su estrella de football para transformarse en él, solo en el aspecto deportivo, claro, y sin tener que padecer las complicaciones de viajar por el mundo y angustiarse en cómo invertir el volumen de dinero que gana con tanto sacrificio. En fin, juegos realmente integradores y socializadores. 

Sin embargo no fue así, los encontré en su rutina diaria. La menor atrapada viendo animé, la del medio con su e-book leyendo algún libro (confieso que esto me preocupa) y el mayor jugando online al LOL (Lord of Leyend). Este último juego no lo conozco, pero deduzco que debe tener que ver con la anatomía, a juzgar por las reacciones de mi nieto, dando voces entre convulsiones con el headset puesto y haciendo referencias permanentes al tamaño de las gónadas de algún compañero de equipo o al órgano que da el género a la mamá de algún contrincante. Lo curioso de estas actividades es el extraordinario nivel de concentración que alcanzan los chicos, ya que mientras esto ocurre, su madre da vueltas por la casa, los pelos hirsutos, los ojos desorbitados, la mirada perdida, repitiendo un mantra a gritos: tienen que ayudar, tienen que ayudar,…, etc. No solo no se enteran, sino que estoy convencido que si se estrellara un B52 en el jardín ni siquiera arquearían una ceja. 

Viendo entonces el apacible y a la vez entrañable ambiente familiar, decidí volver a casa desistiendo de mi idea original para no importunar. De regreso, conecté mi Ipad. En un principio tuve intenciones de escuchar "P’al que se va" de Zitarrosa, pero me sentía demasiado up. Necesitaba escuchar algún tema con riqueza melódica y de honda inspiración en su letra. Finalmente me decidí por ese que dice Don't worry, be happy. 

De camino me asaltó un pensamiento: los que dicen que vivimos en un mundo globalizado, estarán insinuando que vivimos en una burbuja de aire?







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