domingo, 27 de octubre de 2013

EL PAIS DE LA GATA FLORA

Hace unos días escuché esta frase por radio, referida a nuestro pueblo, y me pareció muy acertada. 



Los modernos medios de comunicación especialmente la radio y la prensa escrita han inaugurado la intercomunicación con el público a través de mensajes de texto. De manera que a las eternas tertulias radiales y a las noticias escritas, se agregan todo tipo de opiniones y francamente, hay veces que da miedo lo que se escucha o se lee.

Y el discurso de Mujica en la ONU ha despertado al monstruo. La vernácula derecha se ha sentido profundamente ofendida porque se ha tocado a su dios mercado. Parecería que la única forma de regulación entre los seres humanos es la ley de oferta y demanda y la libre competencia. En efecto, tienes lo que has logrado por medio de tu inteligencia, dedicación y las artes que hayas tenido a tu alcance, sean cuales sean, sin descartar lo que hayas heredado y te ha tocado graciosamente porque la cigüeña eligió esta chimenea y no la de al lado. Y claro está: vales según lo que tienes. He aquí la matriz universal, que regula las relaciones entre los hombres y las naciones (por suerte este es el único planeta conocido con vida económicamente activa). En este sentido la función de la historia es justificar y afirmar el status quo. Es perfectamente normal que las naciones poderosas (porque acaparan la riqueza del mundo) dicten sentencia y sojuzguen a naciones menos ricas en aras de mantener los valores occidentales y cristianos (y por supuesto a sus mercados o proveedores cautivos), aún como fieles siervos de todopoderosos grupos económicos; verdaderos dioses que dictan la ley que nos gobierna. 

Nuestro principal objetivo como seres humanos es lograr el último modelo de coche o reloj, que nos dará automáticamente el certificado de 'tenerla más grande', o el último perfume carísimo o la crema anti arrugas que nos alisará hasta la foto del documento de identidad para convertirnos en la más bella que vea el espejito- espejito.

Con este panorama la figura del Pepe no hace más que molestar. Cómo es posible que la foto de este payaso quijotesco que nos gobierna, cortándose el pelo en chancletas con los pantalones remangados en el patio de su chacra, dé la vuelta al mundo. Y nada menos que acompañado de una perra de tres patas (como depositar cariño en una ineficiente mascota incompleta). En realidad lo que correspondía es que estuviera acompañado de un coiffeur de bigotito fino, vestido por lo menos con algún informal Lacoste, al lado de la piscina y custodiado por un par de lebreles. Cómo es posible que haya dado la vuelta al mundo el vídeo donde agasajaba a algún periodista extranjero, agarrando tres vasos con los dedos dentro, para servirles un espanto de espinillar. No se puede ser más grasa. O mostrar su anacrónico fusca y el tractor del tiempo del ñaupa. Disfruten 'señores' periodistas.

Sin embargo, este viejo de mierda que tanto jode a nuestros apellidos ilustres y tanto desconcierta a la izquierda que lo quiere todo ya (en ocasiones me incluyo), es el único al que he escuchado decir cosas de valor en un escenario de este tipo. 

Las ideas toman sentido cuando se verbalizan. Estamos viviendo en un sistema que empieza a hacer agua y está mostrando que de alguna manera tendremos que repensar las cosas. La vieja izquierda y sus postulados de revolución de masas ha quedado obsoleta, y el sistema capitalista no deja de re-inventar nuevas facetas cada vez más sanguinarias y descarnadas. De alguna manera, es necesario que surjan nuevos teóricos que promuevan sistemas justos y equilibrados, donde el ser humano pueda construir una sociedad mejor, donde se dé prioridad a los verdaderos valores de la humanidad; justicia social expresada en educación, salud, vivienda; y algo nuevo, pero tal vez más importante aún, respeto al medio ambiente.

Pero para elaborar estos nuevos conceptos, esta nueva teoría de la lucha social, es necesario en primer término, enunciar nuestros objetivos y decir clara y rotundamente lo que buscamos. Y esto, ni más ni menos, es lo que ha hecho este desentrazado viejo al que tantos ven ridículo. Ha tenido los huevos de pararse frente a los líderes mundiales y decirles que se dejen de tonterías, que se pongan las pilas y se dejen de joder con la guita, porque esto, señores, se va a la mierda.

Me abstengo de profundizar en la gestión de gobierno del Pepe, entre otras cosas porque soy perfectamente consciente de que vivimos en el país de la gata flora, pero no dejo de reconocer que este viejito pintoresco, que no ha hecho otra cosa en su vida que dedicarse a la lucha social (a pesar de los comentarios en mensajes de texto, de donde se pueden rescatar cosas inefables), ha demostrado con su conducta que hace lo que piensa y vive de acuerdo a ello.

Nuestro pequeño y desconocido 'paisito', es ahora conocido, no solo por la heroicidad de Maracaná (¿?), sino por ser gobernado por un personaje entre curioso y cómico, que se atreve a decir tonterías en una cumbre de la ONU y tiene la osadía de vivir en austeridad (ejemplo que no es seguido ni siquiera por sus correligionarios, adalides de la justicia social); declarando al mundo que no es más rico quien más tiene sino quien menos necesita (creo haber leído que Gandhi decía que su dieta no podía consistir en más que un plato de arroz mientras su pueblo no tuviera acceso a otras cosas).

El Pepe podrá cometer muchos errores y estar muy lejos de ser perfecto, pero desafío a cualquier persona con un mínimo de honestidad intelectual, a que diga que no ha sido consecuente con su pensamiento y que esto, hoy día, no es un valor demasiado importante.

Zaparrastroso, des-prolijo, ridículo, ordinario, viejo de mierda al fin; pero para mí (y me concedo el derecho de decirlo solo porque he tenido la paciencia de estar escribiendo esto hace un buen rato) una persona con una estatura moral e intelectual como pocas veces nos regala la historia. Ésta se encargará seguramente de darle su lugar.

Pepe,...CHAPÓ







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