domingo, 1 de diciembre de 2013

Mario

Mario nació en el 20, mi viejo en el 22 y yo en el 56.

Creo que nunca olvidaré uno de los rituales que más me han marcado: los viernes a la tarde acompañar al viejo a buscar el semanario 'Marcha' al quiosco de Millán y Bulevar Artigas.

En mis primeros años de adolescencia descubría un universo nuevo y prometedor. 
Mi padre, reservado, adusto, y por qué no, lejano al resto de mi familia; me mostraba (aún sin proponérselo) que había otras cosas aparte del fútbol. Poco a poco, me fui enterando de su empleo en el frigorífico de los ingleses, de su militancia socialista, de sus marcas en la espalda cuando fue a recibir al Che al aeropuerto, pero sobre todo, de las fuentes de donde bebía. Una de ellas (para mí muy importante), este semanario de un país casi insignificante pero reconocido por los intelectuales de todo el mundo. Por él pasaron todos los grandes de Uruguay, baste decir que con 20 añitos Galeano fue su redactor responsable (mirá que nene). Su director y fundador, Carlos Quijano (político, periodista y escritor) era un referente en toda regla. Y fue allí donde por primera vez leí a Mario. En su trabajo descubrí 'El país de la cola de paja', el crudo y real retrato de nuestro medio pelo, de nuestro conformismo. Ese país de clase media, amanuense y obsecuente con el poder que le daba de comer en la mano, seguidor de perimidos caudillos.

El tiempo fue pasando, yo fui creciendo, Mario siempre siguió creciendo; y luego de mostrarme la oficina y su mundo, pude verlo en actos políticos, explicando que había otra realidad por la cual luchar, y sobre todo, porqué luchaban los que luchaban. No en vano por su culpa y la de Daniel tengo una nieta que se llama Anaclara. Vendrían después los tiempos de explicar porqué cantamos, en su fecundo exilio donde el mundo descubrió a este pequeño gran hombre.

Creo que Mario fue mi padre después de mi padre. Si el que me dio la vida me enseñó lo que ésta valía, Mario fue su instrumento hasta convertirse en el mío.

Por supuesto que merece todos los premios y homenajes que le otorguen, pero confieso que en mi egoísmo no necesita nada más. Para mí (y estoy seguro que para muchos), es un faro que siempre nos marcará el camino, y todo boato y oropel son solo parte del juego de nuestra sociedad.

Querido Mario: brindo por ti, por una vida vivida gota a gota; porque no le debes nada a nadie y por lo que te debemos tantos, pero sobre todo, por ser una guía ineludible en el camino al hombre nuevo, en el que aún hoy muchos creemos. 
Salud.

domingo, 17 de noviembre de 2013

GUITARRA

Te dio forma de mujer
Algún duende trasnochado
Y un amanecer, azul y pájaro
Puso luz a tu trino enamorado


Tus seis cuerdas peregrinas
Caminan en la nostalgia
O transitan el amor
O fecundan la esperanza

O explotan en alegrías
Iluminando las caras
O son fusil y trinchera
Sembradoras de mañanas

A quien te abraza, cautivo
Regalas noches aladas
De lunas como senderos
Buscando alguna alborada

De la profunda madera
El asombro de tu boca
Guarda secretos de siglos
De bosques, mares y roca

Suena y resuena guitarra
Pariendo luz con tu son
Recuérdanos que la vida
Es fruto del corazón

sábado, 9 de noviembre de 2013

CURRICULUM VITAE


No soy joven, no soy dinámico y debo confesar (no sin vergüenza), que creo no ser proactivo.

Experiencia tengo muchísima, pero solo en algunas cosas.

Me relaciono fácilmente, siempre que me importe la otra persona. De manera que soy sociable si me apetece serlo.

Presencia satisfactoria, aunque según testigos (no siempre confiables), con una cierta tendencia a la cara de culo.

Estudios:

Mis abuelas me enseñaron de besos.

Mis abuelos pusieron pájaros en mis manos.

Mi padre curiosidad en mi cabeza.

Mi madre tesón en mi espíritu.

Mi esposa amor en mi alma.

Mis hijos asombro en mi corazón.

Mis nietos ternura a mi vida.

(Dis)gustos:

Quienes desperdician este hermoso viaje entre dos polvos, dedicando su vida a joder a los demás.

Aspiraciones:

Beber lo que me quede de vida, degustando cada sorbo, hasta caer consciente.

Suelo estar desocupado.-



lunes, 4 de noviembre de 2013

HABLANDO CLARO (EN URUGUAYO)


Otra semana había terminado. La creatividad exigida por mi trabajo, desmontar y montar chips en el motherboard del mismo modelo de laptop, día tras día, no estaba exento de cierto nivel de stress. De manera que me dispuse a hacer algún plan para el weekend. 

Una vez logré conectar el tablet a la red wifi, estuve revisando los trending topics de tweeter y varias Fan Pages en Facebook. Mi anatomía de momento no estaba para surf, rafting u otros deportes similares, de manera que me decidí por algo más soft. La idea era ir a un Shopping, recorrer algún Outlet (algunos ofrecen hasta un 50% off en agresivas campañas de marketing); luego hacer un break posiblemente en un Mac Donald para tomar algún refrigerio light tipo Mc Beacon, en fin, algo saludable y luego ir al último stand up que promocionaban. 

Para completar el planning pensé en pasar a buscar a mis nietos. Supuse que los encontraría jugando con el Play Station o el Xbox que tienen juegos realmente educativos, como el Call of Duty, donde el jugador se mimetiza con un comando de las fuerzas especiales de choque americanas, esas que se van a socorrer pueblos, mientras puede poner a prueba su habilidad de matar gente, hasta con sangre casi real. Otra maravilla es el Soccer, donde el jugador elige a su estrella de football para transformarse en él, solo en el aspecto deportivo, claro, y sin tener que padecer las complicaciones de viajar por el mundo y angustiarse en cómo invertir el volumen de dinero que gana con tanto sacrificio. En fin, juegos realmente integradores y socializadores. 

Sin embargo no fue así, los encontré en su rutina diaria. La menor atrapada viendo animé, la del medio con su e-book leyendo algún libro (confieso que esto me preocupa) y el mayor jugando online al LOL (Lord of Leyend). Este último juego no lo conozco, pero deduzco que debe tener que ver con la anatomía, a juzgar por las reacciones de mi nieto, dando voces entre convulsiones con el headset puesto y haciendo referencias permanentes al tamaño de las gónadas de algún compañero de equipo o al órgano que da el género a la mamá de algún contrincante. Lo curioso de estas actividades es el extraordinario nivel de concentración que alcanzan los chicos, ya que mientras esto ocurre, su madre da vueltas por la casa, los pelos hirsutos, los ojos desorbitados, la mirada perdida, repitiendo un mantra a gritos: tienen que ayudar, tienen que ayudar,…, etc. No solo no se enteran, sino que estoy convencido que si se estrellara un B52 en el jardín ni siquiera arquearían una ceja. 

Viendo entonces el apacible y a la vez entrañable ambiente familiar, decidí volver a casa desistiendo de mi idea original para no importunar. De regreso, conecté mi Ipad. En un principio tuve intenciones de escuchar "P’al que se va" de Zitarrosa, pero me sentía demasiado up. Necesitaba escuchar algún tema con riqueza melódica y de honda inspiración en su letra. Finalmente me decidí por ese que dice Don't worry, be happy. 

De camino me asaltó un pensamiento: los que dicen que vivimos en un mundo globalizado, estarán insinuando que vivimos en una burbuja de aire?







domingo, 3 de noviembre de 2013

RECUERDOS


Bicho feo... Bicho feo… 



El canto del Benteveo rompía el silencio de aquellos gloriosos domingos, al comenzar la tarde en 'El Bosque' (parte de lo que después sería La Costa de Oro en Canelones). La hamaca, de tres cuerpos con su toldo correspondiente, mecía el aire del verano. El sol se filtraba entre los eucaliptos, dibujando formas caprichosas en el suelo de ladrillos rojos. En frente, el singular parrillero con espadas para hacer el asado como spiedo, conservaba el aroma a leña y a carne recién cocinada. La familia ya sesteaba. Mientras los mayores desaparecían en el interior de la casa, con mi prima compartíamos el silencio de la tarde y a veces la otra hamaca, la paraguaya, mientras intercambiábamos a Chip y Dale, Superman o al Pato Donald entre otros.

La rutina se repetía. Llegábamos sobre las diez y cada uno tenía su tarea asignada. Las mujeres se afanaban en barrer las persistentes hojas de eucaliptos que tapizaban el exterior de la casita mientras el abuelo-patriarca comenzaba a encender los altos hornos (el parrillero), donde luego carne y chorizos aromarían la manzana. Pero antes de comenzar el ritual culinario, llevaba a la familia a la playa para poder cumplir en paz con el ritual necesario del asador. Entonces era el momento de pertrecharnos con la lancha roja, la ballena inflable, y todo el arsenal de baldes y palitas que nos permitirían eludir la insoportable inmadurez de los mayores.

Luego venía el regreso a la casa donde se desplegaba el arsenal de entremeses pergeñados por las damas: pizzas, tortas de fiambre y etcéteras. Todo esto regado por refrescos (y supongo hoy que otros licores) debidamente enfriados en el tacho con las barras de hielo que se habían comprado en el viaje de ida. Llegaba entonces el gran momento, donde la mesa se cubría de los manjares asados, entre diversas exclamaciones de los comensales.

Terminada la siesta y entre caras congestionadas, el tío nos llevaba al lago de El Bosque, donde hacíamos acopio de renacuajos en diversos frascos, con la esperanza efímera de tener luego en casa nuestro propio acuario.

Finalmente, al caer de la tarde, tocaba el regreso, con la famosa frase de la tía Bebucha, que una vez todos acomodados en el coche, al iniciar la marcha decía: ”adiós casita, adioooos...”

Como olvidar aquellos domingos si la vida transcurría lenta y parsimoniosa, y era una promesa de felicidad.

Hoy, luego de transitar tantos años, tantos problemas, y comprobar que vivir es tan complicado, no puedo dejar de dar gracias por tener estos recuerdos. Sé que conocí un espacio de felicidad con toda la familia reunida, y un sol estival que acariciaba mi ingenuidad hasta hacerla plena.

La vida sonreía... Y cada lágrima derramada al escribir esto vale la pena.

Ojalá que otros puedan atesorar recuerdos como éstos: raíces que nos sostienen.

(Dibujo: Martín Lago)

martes, 29 de octubre de 2013

ECONOMÍA

A cuánto se cotizan 5 minutos con mi cabeza en tu hombro.

Cuál es el costo de un abrazo apretado.

Qué precio tiene una sonrisa cómplice.

Cuánto vale un beso si meto el alma en tu boca.

Qué interés debo pagar por muchos años de con-vivencias.

No permitiré que te desahucien y dejes de vivir en mí.

Siento ser mal economista.

Pero me alegro de quererte.

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(Esto es producto de vivir en una España en crisis. Lejos de ti. Y de un Navarra de 1.50 euros... En el fondo, a pesar de vivir trabajando y ocupar mi vida en pelotudeces, aún queda un rescoldo de vida en mí. Ojalá pueda soplarlo para convertirlo en llama...Créeme que lo deseo...)







domingo, 27 de octubre de 2013

EL PAIS DE LA GATA FLORA

Hace unos días escuché esta frase por radio, referida a nuestro pueblo, y me pareció muy acertada. 



Los modernos medios de comunicación especialmente la radio y la prensa escrita han inaugurado la intercomunicación con el público a través de mensajes de texto. De manera que a las eternas tertulias radiales y a las noticias escritas, se agregan todo tipo de opiniones y francamente, hay veces que da miedo lo que se escucha o se lee.

Y el discurso de Mujica en la ONU ha despertado al monstruo. La vernácula derecha se ha sentido profundamente ofendida porque se ha tocado a su dios mercado. Parecería que la única forma de regulación entre los seres humanos es la ley de oferta y demanda y la libre competencia. En efecto, tienes lo que has logrado por medio de tu inteligencia, dedicación y las artes que hayas tenido a tu alcance, sean cuales sean, sin descartar lo que hayas heredado y te ha tocado graciosamente porque la cigüeña eligió esta chimenea y no la de al lado. Y claro está: vales según lo que tienes. He aquí la matriz universal, que regula las relaciones entre los hombres y las naciones (por suerte este es el único planeta conocido con vida económicamente activa). En este sentido la función de la historia es justificar y afirmar el status quo. Es perfectamente normal que las naciones poderosas (porque acaparan la riqueza del mundo) dicten sentencia y sojuzguen a naciones menos ricas en aras de mantener los valores occidentales y cristianos (y por supuesto a sus mercados o proveedores cautivos), aún como fieles siervos de todopoderosos grupos económicos; verdaderos dioses que dictan la ley que nos gobierna. 

Nuestro principal objetivo como seres humanos es lograr el último modelo de coche o reloj, que nos dará automáticamente el certificado de 'tenerla más grande', o el último perfume carísimo o la crema anti arrugas que nos alisará hasta la foto del documento de identidad para convertirnos en la más bella que vea el espejito- espejito.

Con este panorama la figura del Pepe no hace más que molestar. Cómo es posible que la foto de este payaso quijotesco que nos gobierna, cortándose el pelo en chancletas con los pantalones remangados en el patio de su chacra, dé la vuelta al mundo. Y nada menos que acompañado de una perra de tres patas (como depositar cariño en una ineficiente mascota incompleta). En realidad lo que correspondía es que estuviera acompañado de un coiffeur de bigotito fino, vestido por lo menos con algún informal Lacoste, al lado de la piscina y custodiado por un par de lebreles. Cómo es posible que haya dado la vuelta al mundo el vídeo donde agasajaba a algún periodista extranjero, agarrando tres vasos con los dedos dentro, para servirles un espanto de espinillar. No se puede ser más grasa. O mostrar su anacrónico fusca y el tractor del tiempo del ñaupa. Disfruten 'señores' periodistas.

Sin embargo, este viejo de mierda que tanto jode a nuestros apellidos ilustres y tanto desconcierta a la izquierda que lo quiere todo ya (en ocasiones me incluyo), es el único al que he escuchado decir cosas de valor en un escenario de este tipo. 

Las ideas toman sentido cuando se verbalizan. Estamos viviendo en un sistema que empieza a hacer agua y está mostrando que de alguna manera tendremos que repensar las cosas. La vieja izquierda y sus postulados de revolución de masas ha quedado obsoleta, y el sistema capitalista no deja de re-inventar nuevas facetas cada vez más sanguinarias y descarnadas. De alguna manera, es necesario que surjan nuevos teóricos que promuevan sistemas justos y equilibrados, donde el ser humano pueda construir una sociedad mejor, donde se dé prioridad a los verdaderos valores de la humanidad; justicia social expresada en educación, salud, vivienda; y algo nuevo, pero tal vez más importante aún, respeto al medio ambiente.

Pero para elaborar estos nuevos conceptos, esta nueva teoría de la lucha social, es necesario en primer término, enunciar nuestros objetivos y decir clara y rotundamente lo que buscamos. Y esto, ni más ni menos, es lo que ha hecho este desentrazado viejo al que tantos ven ridículo. Ha tenido los huevos de pararse frente a los líderes mundiales y decirles que se dejen de tonterías, que se pongan las pilas y se dejen de joder con la guita, porque esto, señores, se va a la mierda.

Me abstengo de profundizar en la gestión de gobierno del Pepe, entre otras cosas porque soy perfectamente consciente de que vivimos en el país de la gata flora, pero no dejo de reconocer que este viejito pintoresco, que no ha hecho otra cosa en su vida que dedicarse a la lucha social (a pesar de los comentarios en mensajes de texto, de donde se pueden rescatar cosas inefables), ha demostrado con su conducta que hace lo que piensa y vive de acuerdo a ello.

Nuestro pequeño y desconocido 'paisito', es ahora conocido, no solo por la heroicidad de Maracaná (¿?), sino por ser gobernado por un personaje entre curioso y cómico, que se atreve a decir tonterías en una cumbre de la ONU y tiene la osadía de vivir en austeridad (ejemplo que no es seguido ni siquiera por sus correligionarios, adalides de la justicia social); declarando al mundo que no es más rico quien más tiene sino quien menos necesita (creo haber leído que Gandhi decía que su dieta no podía consistir en más que un plato de arroz mientras su pueblo no tuviera acceso a otras cosas).

El Pepe podrá cometer muchos errores y estar muy lejos de ser perfecto, pero desafío a cualquier persona con un mínimo de honestidad intelectual, a que diga que no ha sido consecuente con su pensamiento y que esto, hoy día, no es un valor demasiado importante.

Zaparrastroso, des-prolijo, ridículo, ordinario, viejo de mierda al fin; pero para mí (y me concedo el derecho de decirlo solo porque he tenido la paciencia de estar escribiendo esto hace un buen rato) una persona con una estatura moral e intelectual como pocas veces nos regala la historia. Ésta se encargará seguramente de darle su lugar.

Pepe,...CHAPÓ







jueves, 24 de octubre de 2013

MARIA DE BUENOS AIRES (Operita: Astor Piazzola-Horacio Ferrer)


Como son las cosas viejo, ya hace mucho que no estás y sin embargo nunca me dejás solo.

Ahora mismo estoy contigo escuchando a María de Buenos Aires. Sabés, creo que ya la primera vez que lo escuché algo en mi interior hizo crack, se rompió, y fue como un comienzo, como si se hubiera roto una cáscara que cubría mi alma y ésta se hubiera escapado hacia otra dimensión, un universo de notas y poesía. Algo muy nuevo para mí. Aún te veo en esos momentos que se me antojan casi místicos. Tu figura recortada contra el ventanal del balcón del comedor, parado, con el mate en la mano y tu mirada recorriendo interiores; aquellas mañanas de fin de semana, mientras el olor de la comida nos acariciaba desde la cocina. El tiempo se detenía. En aquella liturgia no cabían las palabras, era simplemente una comunión, donde el cuerpo se convertía en sentimientos y se tensaban los nervios y los músculos del alma con cada agudo arrastrado del violín, el dibujo lento y sentido de un fraseo de bandoneón o las profundas y ásperas voces de Horacio, Amelita o Héctor. Que poco hablamos viejo! 

Sin embargo, tal vez equivocado, pero tengo la sensación de haberte conocido tanto y sobre todo el convencimiento de haber aprendido tanto de vos. De tu sobria humildad, tu callada elocuencia; la prolijidad con la que cultivaste tus gustos musicales con buen tango y música popular; y aquella biblioteca que se iba completando gota a gota, a golpe de intuición y ganas de saber algo más, de llenar el precipicio que encontraste al terminar la escuela. Pero la vida te podía... No era suficiente el laburo rutinario, los mandados del sábado y las tareas culinarias; tenías esa llama interior que te empujaba a descubrir otras cosas, con tu buque insignia de Marcha, que te orientaba y marcaba rumbos.

Carajo, que poco hablamos Viejo!

Será por eso que me marcaste tanto y me acompañas tanto.

Te confieso un secreto, aún en rebeldía terminaste entrando conmigo al Vaticano, donde no quisiste entrar con la Vieja y te debe haber provocado más de un conflicto con ella. Pero si te consuela te diré que me cagué por vos en cada cosa que veía, en esa muestra de boato criminal que han levantado lamentablemente algunos de nuestros congéneres. Sin embargo, en un momento, me encontré en medio de la multitud, estático, llorando frente a La Piedad. Eso sí me gustaría que lo hubieras visto vos. Ese frío pedazo de mármol blanco convertido en una doliente madre sosteniendo la anacrónica muerte de su hijo, en un gesto de dolor infinito, reflejado en los cuerpos laxos y la mirada vencida de una madre sujetando su propia vida rota en el regazo. Allí tampoco habían palabras, viejo: sobraban. Pero ese mármol contenía más que todo lo que lo rodeaba.

Tal vez esa fue tu lección fundamental, enseñarme a ver cosas donde la palabra está de más. A lo mejor es por eso  que la música me llena el alma y me enseña otros universos, me hace escapar de tanta materia pesada y de esta vida tan difícil de comprender.

De pronto es la razón por la que durante estos 40 años que siguieron a aquellos días, tantas veces me he encontrado escuchando solo, a oscuras y aún con los ojos cerrados a María de Buenos Aires, con los nervios y los músculos del alma tensos y vibrantes. Con el volumen muy alto, sintiendo que esa catarata de sonido y color me inunda y me siembra el alma. Y siempre seguís ahí, con tu mate en la mano, recortado contra el ventanal y mirando para adentro.

Ya ves, seguimos hablando, igual que antes: poco, pero me seguís enseñando.

Viejo,... te sirvo una cañita y dame un mate... 
  
                           
                                          

Astor Piazzolla: «Fuga y Misterio» de "María de Buenos Aires" (1968)


domingo, 20 de octubre de 2013

Gracias


Hace 37 años y sin mucha idea de lo que hacíamos, nos iniciamos en la ardua pero no menos fecunda tarea de tener hijos. Para que mentir, igual que casi todo el mundo, no tenía ni idea en el jardín que me metía. Debo reconocer que pasado el tiempo y luego de tener cuatro, este jardín se convirtió en una jungla llena de aventuras. En todo este tiempo hemos transitado por toda clase de acontecimientos (como toda familia), alegrías y tristezas, encuentros y desencuentros, etc. Pero debo reconocer que lo que soy hoy día, lo poco o mucho que llevo dentro, se lo debo fundamentalmente a ellos. Por ellos pero por sobre todas las cosas con ellos (y, claro está, mi compañera de todas las horas) he vivido, crecido y amado. Y por qué no decirlo, a esta altura de la vida y más allá de que cada uno se ha convertido en un ser humano cabal con una vida propia, siento que el 'nosotros' se sigue imponiendo al yo.

Martín, en un acto de generosidad o de inconsciencia pero seguramente de amor, se ha lanzado a publicar este blog con algunas cosas que he garabateado; pero lo que no ha explicado aún es que me ha regalado con incluir en él sus dibujos y vídeos y, más allá de que a cada uno le llegarán de distinta manera (claro que para mí son excelentes), me siento honrado y emocionado de contar con ellos. Una vez más estoy en deuda con él.

Desde aquí mi reconocimiento y amor a mi mujer e hijos, velamen de mi pequeña barca.


                                                                                                           Raúl Lago



BIOGRAFIA


Luminosos sábados en la feria de la mano del viejo, aprendiendo los secretos de  tomates y mandarinas.

Historietas en el jardín junto al abuelo y su periódico.

Noches de amigos conspirando para mejorar el mundo.

Y desde entonces tu  acogedora presencia.

Prisas por cerrar la puerta del cuarto para apurar nuestro asombro.

Visitas frecuentes a la maternidad del Casmu, para regresar juntos con la ilusión envuelta en un rebozo.

Los chicos volviendo de la escuela con la túnica manchada de historias y aventuras.

La renovada ilusión de un gol en los descuentos

Nuevas primaveras en los nietos.

La última y definitiva lección de los viejos.

La conquista de una Barcelona acogedora y mágica.

Y siempre, tu presencia.

Y tanta música, tantos libros, tantas ideas.

Y tantas derrotas y tantas victorias.

Tanto lamer heridas y tanto salir adelante.

Tanta vida.

Y siempre, tu presencia.

Solo una muestra, pero no del pasado,

sino de lo que construye nuestro presente.

Esto somos.

Dos historias hechas una.

Dos obreros de la vida, aprendiendo el oficio.

Dispuestos a un nuevo día



EL VINO



Tenía algo que decirte....
pero lo he olvidado.

Tal vez fuera que te quiero.
O tal vez que te extraño.

Tal vez  que quiero vivir
A tu lado.

Tal vez la vida me obsequie
La memoria del pasado
Y recobre la esperanza
A tu lado

Tal vez vuelva mi memoria
Y me diga que la vida
Vale la pena
A tu lado

Tal vez sea que hemos vivido
Demasiado
Lado a lado




ENTRE NOSOTROS



Qué hacer con la angustia
si no la anidan tus brazos

Qué hacer con la nostalgia
sin el calor de tu pecho

Qué hacer con la alegría
sin el espejo de tu boca

Qué hacer con la luna
sin la geografía de tu cuerpo

Qué hacer con el mar
y el alma rasgada     







Los hijos y los Pájaros



        

                       Voz: María Luisa Rodríguez
Guitarra: Raúl Lago 
                         Letra: Hamlet Lima Quintana 
           Música: Carlos Bergesio


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